Los cuatro elementos
Cada invierno en luna nueva salgo a recorrer los cañaverales de Uruguay en busca de nuevo material para realizar shakuhachis. Luego de la cosecha realizo una limpieza de cada bambú para luego hacer aburanuki que consiste en el curado del bambú mediante el fuego. Durante dos meses las coloco al sol del invierno entrándolas por las noches. Una vez terminado este proceso las guardo a las sombra durante un año o más, aereándolas cada tanto. Así llego a tener piezas de varios años esperando convertirse en shakuhachi.
Una vez contruido el shakuhachi comienzo el tunning de cada nota quitando material en el interior o en las chimeneas. Este proceso puede llevarme meses o incluso un año. Durante este tiempo voy humectando todo el shakuhachi con aceite de linaza y trementina para evitar rajaduras y embellecer su apariencia. Una vez concluido todo el preceso la firmo con un pirograbador consiguiendo un sello único como cada instrumento. Por último las sumerjo en el océano para una limpieza total y dar por terminada su creación.